Porque sabía lo que eso suponía...
Los gritos de su padre acallarían al vecindario, el disgusto de su cuñada le dolería cómo un puñal en el pecho, la indiferencia de su hermana le helaría las venas... pero por encima de todo eso, de todo el sufrimiento que intentaba ahorrar en ese momento, estaba su madre. Su madre. Y no podría contemplar su mirada de decepción una vez más, no podría...
Visualizó a su madre, suspiró, y cogió el bolígrafo, era hora de aprobar los exámenes.